"Si te portas mal te va a llevar el ropavejero". De seguro escuchaste esa frase en boca de tu mamá o te trae recuerdos de cuando Doña Florinda le dijo a Quico que eso iba a pasar si se iba a jugar a la calle. Muy fácil era para los padres mencionar a este personaje como si se tratara de una forma divertida para que los chicos obedezcan pero ignoran que ese hombre que llega con su saco de vez en cuando mientras se dan las discusiones padre - hijo, fue un caso que existió en la vida real y totalmente macabro. 

La historia empieza en un pueblo español llamado Gádor. "El Moruno" era un hombre enfermo de tuberculosis que estaba buscando de manera desesperada una cura para su mal. Visitó a un curandero llamado Francisco Leon y le dijo que para sanarse debía beber la sangre caliente de un niño y colocarse sus entrañas en el pecho.

"El Moruno" siguió las recomendaciones del curandero y Leona, acompañado de Julio Hernández, salió en busca de un niño a quien secuestrar. La víctima fue Bernardo González, un chico de apenas 7 años que fue llevado del río donde se estaba bañando con otros niños. Para raptarlo, Leona y Hernández lo engañaron diciendo que los acompañe para recoger duraznos y luego lo dejarían con su hermano, Bernando hizo caso y no dudo en la palabra de esta pareja de extraños.

Bernardo quiso retroceder a mitad de camino al comprender las malas intenciones de estos dos sujetos pero no pudo con ambos. Leona lo atrapó, lo metió en un saco y lo cargó hasta "El Moruno", quien lo esperaba con otra cómplice: Agustina Rodríguez, madre de Julio Hernández y de José, otro de los cómplices y que iba a ayudar a descuartizar al menor.

El niño fue inmovilizado. Leona le hizo una gran herida al costado para cortarle las arteris cercanas al corazón mientras Bernardo gritaba de puro dolor. "El Moruno" sostenía una olla que se iba llenando de sangre caliente , luego de eso Leona tomó una navaja y extraño las entrañas del menor que estaba agonizando. Para entonces, "El Moruno" había bebido la sangre y se puso las vísceras al pecho esperando sanarse.

Lo peor vino luego de darle muerte a Bernardo. El grupo llevó el cuerpo a un barranco y lo pusieron en un hoyo. Ahí le aplastaron la cabeza con piedras para dejarlo irreconocible, no pararon de golpearlo hasta que el cráneo esté completamente destrozado y la carne se hubo adherido a las piedras con las que lo machacaban.

Los autores de este crimen fueron detenidos. "El Moruno", la mujer y los hermanos Hernández fueron ejecutados mientras que Leona murió en prisión antes de recibir la pena de muerte.

La historia fue publicada por los medios en 1910.

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