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¡Adictos al voto preferencial: más otorongos que nunca!

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Foto: Perú21

Ahora que algunos insisten en promover un diálogo entre Gobierno, la oposición congresal y otros líderes políticos, tenemos que preguntarnos: ¿Cómo se puede hacer diálogo entre quienes, por sus propias acciones, se han deslegitimado totalmente ante la ciudadanía? ¿Qué resultados se puede conseguir entre grupos cuya autoridad moral está por los suelos? ¿Es que no se dan cuenta, oficialistas y oposición,  de que están cavando su propia tumba y, de paso, la estabilidad democrática del país?

Según reciente encuesta de Ipsos,  el 82% de la población desconfía de los partidos políticos y el  84% del Congreso, relegados vergonzosamente a la más baja escala de confianza nacional. Y esto no es  gratuito sino que responde al enorme ruido político que se arma desde el Gobierno y la llamada oposición.  Mientras el presidente de la Republica seencuentra distraído con  asuntos personales de su esposa, su bancada en el Congreso tuvo hace pocas semanas una patética actuación al oponerse a las decisiones del Ejecutivo en el tema del lote 192, en que se pretende una forzada intervención de Petro-Perú.

En cuanto a la hasta ahora frustrada reforma electoral, ¿se dan cuenta nuestros políticos de que están caminando sobre la cornisa y de que esta puede ser la última oportunidad  para hacer estos cambios de modo que puedan  aplicarse en los próximos comicios?

Pues parece que no. Ahora nuevamente el Jurado Nacional de Elecciones y la ONPE han puesto en evidencia la ciega y sorda renuencia de los congresistas que, en  diversas comisiones como la de Constitución, se niegan a aprobar las reformas fundamentales para mejorar el sistema electoral, institucionalizar los partidos y contribuir así a la gobernabilidad democrática.

NEFASTA ADICCIÓN AL VOTO PREFERENCIAL

A vista de todos  la mayoría parlamentaria se sigue oponiendo a dar más transparencia al financiamiento partidario y a prescindir del nefasto sistema de voto preferencial, que introduce una serie de vicios que van a contramarcha de cualquier saneamiento democrático. Y, cuando se les pregunta a los voceros de los partidos representados en el Congreso porqué,  sus respuestas son cínicamente de antología: “Algunos sí queremos, pero no hay consenso en el grupo”, “Será difícil aprobar esto sin hacer otras reformas” y, la peor de todas: “El tema es complicado… es que finalmente nosotros somos hijos del voto preferencial”….

Hay que recordarles a estos señores y señoras que no son los dueños del Congreso ni del país y que su cargo es temporal. Son los electores quienes les delegan temporalmente su mandato para que los representen en el poder del Estado para que establezcan y mejoren el marco legal del país  y fiscalicen a los otros poderes.

Como bien denuncian el JNE y la ONPE los parlamentarios no solo han  omitido las medidas que buscan brindar mayor legitimidad a las elecciones internas en los partidos políticos, sino que, peor aun, han aprobado dictámenes en sentido totalmente contrario.  

Así, mientras se deja incólume el sistema de voto preferencial --que genera una competencia perversa entre candidatos,  distorsiona el mensaje partidario y deja la puerta abierta para la entrada de dinero ilegal--, se ha  aprobado incrementar del 20 al 25% el número de invitados (es decir continuará el caudillismo, la informalidad y serán candidatos los que aporten  más dinero, que generalmente proviene de fuentes polémicas o mafiosas).  Asimismo, en lugar de disminuir, se ha incrementado el porcentaje  de firmas para inscribir partidos, de 3 a 5%, con lo que se desalienta  y se pone barreras a la formación de nuevos partidos; y se ha creado un gaseoso distrito electoral en el extranjero, sin aumentar el número de curules.

Luego, tampoco se ha aprobado sanciones para quienes incumplen con informar precisamente sobre sus aportantes; dejan en la nebulosa el financiamiento estatal y vinculado a eso la propaganda televisiva y,  no menos grave, se ha soslayado sin ningún empacho la propuesta de introducir el sistema de distrito uninominal que enfatice la responsabilidad congresal, la representatividad y la rendición de cuentas.

¡Hasta cuándo!  Como lo  señalamos hace un año en esta misma columna (11/10/2014),“No queremos más corrupción regional ni edilicia, tampoco autoridades prontuariadas, ni congresistas irresponsables que rehúyen el debate. Es hora de reparar las fallas del sistema y de romper el círculo vicioso en que estamos metidos hoy, lo que está en sus manos, señores parlamentarios”.

Pero, al parecer, estos siguen con oídos sordos, en lo que además de indignante parece una mayúscula provocación ala conciencia democrática.

En tal coyuntura, si los congresistas no quieren hacer  las reformas necesarias, por estar enfrascados en su propio proceso de reelección, pues queda abierta la puerta del referéndum para que los ciudadanos promuevan la reforma de los partidos y del sistema electoral que los actuales ‘padres de la patria´ (sic) (mejor sería decir, los ´hijos del  voto preferencial´), se niegan a aprobar, con terrible perjuicio para la institucionalidad democrática.

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