Son las 7pm. en Miami y Rachel, aka Ava Taylor, se prepara para debutar nuevamente. Esta vez decidió ampliar su cheque diario e incursionar en el sexo anal, "150 dólares más le caen bien a cualquiera", piensa Rachel (no Ava, su personaje) y recuerda lo que le dijo la productora a la que visitará cuando acabe esta escena, "no eres una puta, eres una romántica incurable".

Son las 7pm. en Lima o en cualquier otra parte del mundo y debes estar sentado en tu casa, en la comodidad de tu hogar, a tus anchas. Relajado o arropada con una manta que abriga tu cuerpo, esta noche no saliste, te encuentras en tu casa y no tienes ningún plan. Nadie vendrá a visitarte, entonces, te pones medio curioso y zumbas en alguna página porno amateur. Eliges el video, preparas el ritual y comienza la acción. Pero, de pronto, te das cuenta que la mujer que gime en pantalla es toda una nena (menor de edad). Lo dejas pasar, qué te importa si todo está perfecto. Pero lo que no sabes, es la historia de esa menor de edad que muchas veces no quisiera estar dentro de tu TV sin poder mirarte a los ojos. Que en muchos casos acabó ahí, en tu fantasía, porque se metió a un mundo de dinero fácil sin saber todo lo que repercute. Y que si se deja, los vampiros de la industria del porno amateur la van a exprimir y olvidar en pocos meses.

Bajo esta premisa es que Hot Girls Wanted, documental galardonado en el Festival de Cine de Sundance, se crea. Los responsables presentan la vida (antes y sobre todo después) de 5 jóvenes mujeres de Miami, el epicentro de la pornografía amateur donde gran cantidad de ellas recurren al dinero fácil a cambio de fama como una vía para cumplir sus sueños. Las creadoras de este producto son Jill Bauer y Ronna Gradus, directoras; Brittany Huckabee, guionista y productora; y Rashida Jones, productora.

Una de las jóvenes que aparecen en el documental es Rachel mejor conocida como Ava Taylor que tiene tan solo 18 años y con 6 meses en la industria pornografica. Llegó a Miami con el sueño de obtener algo más que sólo un buen lugar para vivir. Necesitaba dinero fácil y encontró en la pornografía la clave.

Rashida Jones, productora del documental, nos muestra el lado que no vemos del porno amateur. Comenta que las actrices, al ser pagadas, ven en este tipo de industria una forma sencilla de ganar dinero porque las locaciones son en casas (pueden ser las de ellas), la producción no debe ser tan elaborada y el consumo es masivo.

"Todos cuando tenemos 18 cometemos errores estúpidos. Pero el costo de esto es realmente alto. La principal moraleja que nos deja el documental es que a los 18 hay mejores opciones para sobresalir en tu ciudad." comenta Jones para la revista Vanity Fair. La industria puede prometer el oro y moro automático, pero dentro de unos años la responsabilidad en estas decisiones caerá sola.

De hecho, muchas de ellas son mujeres que solo han tenido un par de parejas y no entran al porno porque desean pasar una aventura con cualquiera, sino es una forma de escape por lo mal que la pasan en ciudades desconocidas para ellas. En pocas palabras, desean vivir una aventura.

“No son unas putas, son unas románticas incurables”, aseguró Ronna Gradus, que dirigió la cinta junto con Jill Bauer, en un encuentro que mantuvieron ambas con la prensa en Los Ángeles.

Las cineastas describen a estas novatas del porno como “chicas dulces queridas por sus padres” y criadas en el seno de una familia de clase media en una pequeña ciudad estadounidense. El documental enseña lo sencillo que es para los reclutadores conseguir chicas a quienes le pagan y les dan alojamiento para empezar su carrera (que solo dura unos cuantos meses).

Según los datos del documental, las chicas filman entre tres y cinco escenas por semana ganando 800 dólares por escena (por ejemplo, un anal son 150 dólares más). "Es un montón de dinero para nosotras", menciona Michell, una de las chicas que presenta el documental. "¿Por qué no? Yo lo hago de todas maneras". Al mes pueden tener un promedio de 41 millones de visitas. Pero nada es gratuito.

Las redes sociales, como Twitter, también influyen en que esto se propaga. Cada una se crea un nombre artistico y hace que la difusión del porno amateur se mayor y se creen especies de "modas". El documental pasa por todas las historias de las 5 chicas y hace que te involucres en sus vidas. No todo es tan fácil.

Este es el trailer

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