« La Gran Semana » llaman en griego a la Semana Santa, y aunque la celebran con igual fervor que los católicos me parece que los ortodoxos de este país más que a la Pasión dedican prioridad al culto del renacimiento, tal y como sucedió en los primeros tiempos de su larga historia. Las procesiones con Cristo en andas en nada se parecen a las de España y Latinoamérica, con los nazarenos encapuchados semejantes al Ku Klux Klan lacerándose las espaldas, arrastrando cadenas, y dejando sobre el asfalto un reguero de sangre con olor a pecado y a carne mortificada, al estilo de Sevilla por poner un ejemplo. O como sucede casi cada año en algún perdido rincón de México donde algunos hombres se han hecho crucificar, y otras veces no fueron voluntarios. Aquí estos días se viven en espíritu de santidad, sin manifestaciones exacerbadas. Todo empieza con la Cuaresma igual que nosotros, pero es sobre todo la última semana la que cuenta, el Domingo de Ramos las iglesias rebosaban de entusiasmados fieles. Especialmente en la provincia donde la ortodoxia es aún más acentuada se preparan para renacer en Cristo, la nación entera se retrae como una tortuga oculta en su caparazón a partir del Lunes de Ceniza. Renacer desde las cenizas como el Ave Fénix.
Atenas también ha ido reduciendo notablemente su habitual actividad, menos coches y la mayoría de negocios y tabernas cerrados desde el Jueves Santo. En este día los niños han empezado a pintar los huevos de rojo como la sangre derramada de Cristo, con ellos todos los miembros de la familia según la tradición deberán romper más de otro huevo cocido, simbolizando la eclosión de la vida, yo diría de la Primavera pues es cuando la corteza terrestre se resquebraja para dejar surgir a la naturaleza. Esto ocurre durante la cena de medianoche del Sávatto, cuando los cristianos recibimos festivamente el Domingo de Resurrección.
Con austeridad la familia griega suele pasar la Gran Semana, el ayuno consiste en la prohibición de carnes, huevos, chocolate, alcohol y relaciones sexuales. El Viernes Santo se recogen en sus casas en luto riguroso, no se hacen tareas de ningún tipo, ni las domésticas, ni siquiera se debe de cocinar, por la noche las procesiones salen a las calles envueltas en una nube de incienso y precedidas por el pope. El Sábado de Gloria todos acuden con una vela apagada a la iglesia del barrio para escuchar misa y recibir “la luz sagrada” de manos del pope que enciende sus cirios, y con esta vela que alumbra su alma vuelven a sus casas donde han puesto una cruz en la puerta que protegerá sus hogares por todo el año, así como la “luz santa” que han traído desde el altar. Luego se reúnen con gran algarabía en torno a la mesa donde servirán el cordero pascual.
El Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu ha dado luz verde desde el Knesset para dar inicio al proyecto de los fundamentalistas judíos de declarar la ciudad de Jerusalén como territorio exclusivamente judío, esta decisión sumada a la retahíla de autorizaciones otorgadas a los ilegales asentamientos de colonos en territorio palestino sólo puede atraernos el peligro a escala mundial. Casi inmediatamente, el martes 4 de Abril, la pequeña ciudad de Jan Shijún al norte de Siria sufrió un ataque de gases químicos causando más de 70 muertes, a pesar del Protocolo de Ginebra que desde el año 1925 prohíbe el empleo de armas biológicas. La agresión fue imputada de inmediato al gobierno sirio, en represalia un cuartel de las fuerzas fieles a Bachar el-Assad ha sido bombardeado hoy por orden del presidente de los Estados Unidos. Mientras que Putin se ha levantado bruscamente de su asiento en su despacho y todo el Kremlin está con las orejas de punta, algunos medios de comunicación han empezado a difundir la noticia de que Bachar el-Assad ha negado de forma categórica toda vinculación al letal bombardeo químico sobre una población civil, derivando toda responsabilidad en los terroristas u otras fuerzas adversas como las milicias rebeldes contrarias a su gobierno. ¿Dónde se esconde la verdad? En estos momentos tenemos 4 militares muertos en el destruido cuartel del protegido de Rusia, bombardeado por los Estados Unidos.
En esta Pascua ¡invoquemos la paz! Sólo faltan dos días para que Jesús entre a lomos de su burrito en Jerusalén, muy pronto por toda Grecia escucharemos exclamar “Jristos anésti”, a lo que respondemos: “Alizós anésti” (¡en verdad resucitado!).
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