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Excepcional “Día internacional de la mujer” este año

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Cuando yo era niña era impensable que ningún medio de comunicación en el Perú denunciase el endémico problema del abuso machista, tan vigente entonces como ahora. A los innumerables crímenes cuyas víctimas eran mujeres no se les tildaba de feminicidio; el maltrato doméstico por el capo familia estaba a la orden del día y creo que ni siquiera estaba penalizado; la incesante marea de acoso sexual masculino campeaba por doquier; el incontrolable torrente de violaciones no era casi nunca denunciado por la víctima, convencida de perder el tiempo en ello o aún peor, de tener que sufrir hostigamiento por parte de comisarios y jueces. Cuando yo era joven las cosas no habían mejorado, incluso en Europa, recuerdo una vez en un autobús en Madrid en el que una joven empezó a gritar y golpear a un pasajero que había osado acorralarla descaradamente ante la indiferencia de los demás viajeros. El chofer detuvo su vehículo e hizo bajar a la estudiante, otras mujeres solidarias junto conmigo bajamos indignadas con la chica que lloraba, mientras tanto el ultrajador se reía a carcajadas desde la puerta del autobús, el chofer le gritaba que ella tenía la culpa por llevar minifalda, y un colectivo de mujeres jóvenes y viejas vestidas como viudas la insultaban desde las ventanillas llamándola “!zorra!”. Esta escena sería del todo impensable hoy en día, era la época de Franco, ha pasado más de medio siglo y afortunadamente las cosas al fin han cambiado, no del todo, estamos de acuerdo, pero mucho mejor de lo que estuvieron lo puedo afirmar. Y ni hablemos de España donde la transformación se manifestó hicso facto a partir del periodo de Felipe González,  han cambiado incluso en un territorio que parecía estancado, casi imposible de evolucionar, en mi país, el Perú.

 Ha pasado más de medio siglo, desde entonces hemos visto fortalecerse el  empoderamiento femenino pues en las últimas décadas una inmensa cantidad de profesionales han alcanzado altos cargos en todo el mundo; en una mayoría de países civilizados se han logrado nuevas leyes que defienden nuestros derechos; actualmente jueces de ambos sexos muestran mayor sentido común y responsabilidad; los medios (al menos en buena parte del mundo) denuncian ininterrumpidamente todo tipo de abusos e imputaciones; existe una red de instituciones oficiales protectoras de los derechos femeninos paralela a las influyentes ONGs internacionales, etc. A diferencia de la generalidad de naciones, el Perú tiene además un Ministerio de la Mujer. Aunque ciertamente sobreviven múltiples sociedades ultra machistas por aquí y por allá, en el mundo occidental podríamos decir que las mujeres hemos estado trabajando de una forma u otra desde largo tiempo para que la evolución se haga posible. Unas han trabajado más y otras hemos sido menos activistas, pero en conjunto el resultado (a pesar de los enormes obstáculos aún vigentes) es bastante alentador. No todas las mujeres han colaborado en el proceso, lamentablemente las que siguen resistiéndose se pueden contar por millones en todos los continentes, podría dar una larga lista de los diversos tipos de mujer antagónica, que permite y aboga por la continuación del arcaico modelo meramente machista. Especialmente en las clases menos favorecidas, donde no llega la educación, buena prueba de ello son las esposas e hijas de los yihadistas por ejemplo, las primeras en defender el estado medioeval por ellos impuesto, el cual incluye la práctica de la ablación sexual a sus hijas menores, entre muchas otras aberraciones. En esas circunstancias si alguna pretendió rebelarse fue de frente a parar a una cacerola de petróleo hirviendo.

 Desde hace relativamente poco nuevos y multitudinarios movimientos femeninos han surgido como una revelación divina, en defensa sobretodo del derecho de las familias de miles y miles de víctimas mortales y frente a la eterna impunidad de la que han venido gozando hasta ahora criminales y violadores. Nos enfrentamos por igual al gravísimo delito de la pedofilia y todo aquello que afecte nuestro derecho de protección sobre los menores. Dichas corrientes, de repercusiones imprevisibles, vienen recorriendo el mundo occidental a diestra y siniestra, y no hay manera de detener la fuerza que va imponiendo este atronador vendaval, exhausto por causa de una interminable lista de excesos y abusos, y del constante acoso sexual sufrido a través de los siglos. Desde Norte América hasta que llegue a alcanzar la Patagonia seguirá fortaleciéndose. Mañana 8 de Marzo vamos a salir a las calles en todas las ciudades de Europa y de América: Me too/Time’s Up/Ni una menos/y muchísimas otras agrupaciones latinas y europeas, conformando un mismo movimiento con un solo objetivo, en el que no cabe diferencias políticas, ni puede haber ningún tipo de discriminación, ni racial, ni religiosa. Y si hay un componente homosexual femenino que lo alienta y lo completa ¡que lo acepten! La mayoría de las que salimos a manifestar es más que posible que no formemos parte de dicha comunidad, naturalmente a la hora de defender nuestros derechos somos sólo UNA. Y este año más que nunca vamos a ser millones en las calles, mañana 8 de Marzo del 2018 va a ser recordado, ¡que aquellos que nos niegan son nacidos de nuestro único y solidario útero colectivo!  

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