Fabian Thylmann apareció hace 11 años como una bendición para las miles de personas que querían ver porno en una computadora y sin tener que pagar un centavo. Sin embargo, se convirtió, probablemente, en el más odiado por parte de la industria del porno.
Fue en el año 2004 que creó la compañía Manwin, actualmente conocida con el nombre de Mindgeek, que se dedicaba a la difusión gratuita de porno a través de diferentes sitios webs.
Thylmann vio que la pornografía online se estaba pareciendo cada vez más a YouTube, entonces se le ocurrió comprar las páginas webs donde se publicaba este tipo de contenidos de forma gratuita. Él continuó comprando cada vez más sitios porno que gozaban de cierta popularidad y fue así como logró formar su imperio de porno gratis.
Gracias a Thylmann, las personas que querían ver porno ya no tenían que alquilar o comprar un video y además podían hacerlo desde una computadora y sin pagar por ello. Lo que significó un beneficio para unos (los usuarios) fue un problema para otros, los realizadores de películas porno.
El acceso gratis a una amplia variedad de videos XXX llevó a que las películas en formato físico ya no se vendieran. Para intentar contrarrestar esto, en algunas webs se cobraba por acceso a contenido pornográfico, pero muy pocos estaban dispuestos a pagarlo. Esto llevó a que encontrar financiación para la producción de las películas sea más difícil.
En cambio, la compañía de Thylmann comenzó ganar más dinero que venía de la publicidad. Lo que hizo más rentable su empresa fue que sus páginas no tenían gastos de producción: no necesitaban de muchos trabajadores, pues las webs eran gestionadas por los usuarios, quienes subían los vídeos porno.
Hace un tiempo, Thylmann abandonó el negocio que lo llevó al éxito y ahora ha previsto un futuro 'catastrófico' para la industria del porno. Según él, el porno financiado está llegando a su fin.
Por estas palabras ha sido duramente criticado porque, según consideran muchos, él ha contribuido a la caída del porno. En su defensa Thylmann ha dicho:"Si yo no hubiera aparecido, estas páginas web seguirían en pie, pero de manera más caótica y llevadas por muchas más personas que tendrían intereses más turbios que yo".
Desde la industria porno, el director Jeff Mullen le ha contestado:"Robaron el trabajo de todos, incluido el mío mismo, y esperaban a que les enviáramos abogados para descolgar los vídeos. Una vez los quitaban, a los tres días los volvían a subir. Era un juego interminable de mierda. Son unos putos ladrones y ya es demasiado tarde para cogerlos".
Para Thylmann, a estas alturas ya no hay mucho que hacer por el porno."La innovación no te llevará muy lejos. Es un negocio de contenidos. Lo único que puedes hacer es que sea más fácil acceder al contenido. El tipo o estilo de contenido importa muy poco aquí. Por más calidad o más diferencias que tengan las producciones, no van a conseguir ser más visitadas", aseguró.
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