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Grecia: El drama de los refugiados

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Foto: infolibre.es

La migración tiene mucho que ver con el cambio cultural, la gente se muda de país en busca de una mejora en su calidad de vida y con la esperanza de lograr una educación superior para sus descendientes. Ninguna policía de frontera, política migratoria u otro control funciona de verdad porque la gente seguirá hallando el modo de ir de un país a otro (legal o ilegalmente). El fenómeno migratorio es un rompecabezas sin solución para muchos países alrededor del mundo, para empezar nunca la historia había registrado una evolución migratoria tan acelerada como la actual, desplazándose masivamente en todas las direcciones. Debido principalmente a la injerencia que los países fuertes consolidados en bloques han tenido dese hace siglos sobre el devenir de las naciones más débiles, y en consecuencia debido a su propio tejemaneje   basado en la injusticia social  y en sus vasallos, dirigentes corruptos a los que llaman “aliados”, en sus políticas dictatoriales, las cuales concluyen invariablemente en revoluciones, o guerras fronterizas, o entre etnias que co- habitan en el mismo territorio. El resultado de esta situación en los países controlados por otros más fuertes, ha sido siempre la migración de pueblos enteros hacia los países que ejercen la colonización, sea a la usanza tradicional o en la presente versión moderna de “protectorado”. Sin embargo pareciese que no hubiesen previsto las consecuencias de la imparable ola migratoria, la situación se ha revertido, nunca como hasta ahora los países del primer mundo habían recibido el impacto negativo que sus dudosas estrategias ahora le devuelven de rebote. 

En el caso de Norte América por ejemplo: se trata de dos países que fueron colonizados por diversas etnias europeas, pero muy poco después llegaron los emigrantes de todas las regiones del mundo por ellos conquistadas, en al hora actual las principales ciudades de USA y Canadá son metrópolis multiraciales. No obstante, la voluntad de voto en los EU se ha ido inclinando hacia Donald Trump, máximo paradigma de racismo y política anti-migratoria. En cuanto a Canadá, es aún más xenófoba que USA, pronto veremos qué va a suceder.

En Europa el termómetro marca alarma roja: son millones los emigrantes llegados en las últimas décadas, vienen de todos los rincones y están desperdigados por todos lados, pero sobretodo sueñan con llegar a los países del Norte. Alemania y sus vecinos no consiguen frenar el tsunami de invasores, por más que se hayan conjuntado en el esfuerzo, renovando leyes y levantando muros. 

Pero otro tanto sucede aquí mismo en Grecia, donde la política socialista del  Siryza ha demostrado gran afán humanitario por albergar a los emigrantes llegados ilegalmente a sus costas. Todas las medidas que pretendan adoptar en la hora actual resultan tardías, la repentina y multitudinaria horda de refugiados ha desbordado la capacidad receptiva de este país. En los transportes públicos se puede escuchar todas las lenguas imaginables, pero esta desdichada muchedumbre proviene sobretodo de la guerra de Siria e Irak, aunque también hay miles de refugiados económicos que llegan desde Bangladesh, Africa, etc.    

Como llegan en balsas hasta las islas, los gobiernos de Xíos, Lesbos, Samos y otras situadas frente a la costa turca, han llegado hasta Atenas presentando un reclamo bien justificado ante su gobierno,  la buena voluntad demostrada hacia los emigrantes ha concluido por arruinar la única industria que mantiene a estas islas : el turismo. Este año han perdido el 71.6% de turismo receptivo en comparación con el mes de Julio del 2015, los vuelos hacia Lesbos por ejemplo se han visto reducidos de 50 a 18 este verano, en realidad el gobierno central en medio de su endémica crisis tiene puestas todas sus esperanzas de recuperación en el sector turismo. Por primera vez desde que se desencadenó la crisis de los refugiados, el Ministro de Política Migratoria ha declarado ante un canal de T.V. nacional “que el acuerdo entre la UE y Turquía debe de ser aplicado, que la UE no lo quiebre, pues de lo contrario Grecia estaría incapacitada de continuar respetando los acuerdos migratorios establecidos”. Turquía en las últimas semanas se ha mostrado totalmente reacia al cumplimiento de este acuerdo, es decir a la recepción de los refugiados reenviados por Grecia. Los problemas geo-políticos no se circunscriben  únicamente a este asunto, o a la violación permanente de las fronteras territoriales, sea marítima o aérea, por parte de Turquía, la hostilidad entre ambos vecinos tiene su origen desde los tiempos en que los otomanos gobernaron esta nación, y recién se fueron en 1821. 

De otro lado, el Parlamento aprobó por 216 votos contra 24 la construcción con fondos nacionales de una Mezquita en Atenas, “con la intención de mejorar su imagen internacional en el respeto a los derechos humanos”, según declaraciones del Vice Ministro de Asuntos Exteriores. El pueblo griego le ha preguntado al Parlamento “por qué y con qué fondos el gobierno le va a construir una mezquita a los refugiados que han ahuyentado al turismo, invadido las ciudades y siguen destruyendo la paupérrima economía nacional”.

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