728 x 90

Huracanes devastadores: La mano al pecho ante cambio climático

img

¡María, Irma, Harvey… y vienen más! Aparte de los devastadores huracanes en América del Norte, el Caribe y las Antillas, en los últimos años estamos soportando severas inundaciones, desprendimiento de icebergs, sequías, veranos largos  e inviernos raros… todo eso y mucho más es lo que nos están trayendo el calentamiento global y el cambio climático, que algunos políticos se niegan a ver de manera tan obcecada como irresponsable.

 Los daños son realmente inconmensurables. Aparte de irreparables pérdidas humanas, así como de centenares de heridos y cientos de miles de damnificados, según los expertos solo el huracán “Irma” ha originado daños por cerca de 300 mil millones de dólares en  Florida y las zonas afectadas; y Harvey, por su parte, alrededor de 200 mil millones de dólares en Texas y alrededores.

 En  Puerto Rico y otras islas como Dominica y Cuba, el huracán María, como en una película de terror,  arrastra todo a su paso, en lo que se considera el peor fenómeno de los últimos 80 años.

TODOS AMENAZADOS… TODOS CULPABLES

Más allá de estos recientes fenómenos, la verdad es que el cambio climático nos está afectando cada vez más fuerte y más cerca, con consecuencias catastróficas en el Perú y en todo el mundo. De acuerdo al Banco Mundial, el cambio climático amenaza con generar 100 millones de pobres más, por lo menos,  de aquí al 2030, si no se modifican las tendencias actuales. Es de imaginar las secuelas que traería ello, particularmente en los países pobres,  y los consiguientes  “movimientos de población considerables”.

La directora general del BM, Kristalina Georgieva, ha señalado, lo que es una realidad sórdida: ya el calentamiento global ha colocado en una “frágil” situación a más de 500 millones de personas, sobre todo en África y otros países ya pauperizados o afectados por conflictos armados. En Siria, ha dicho, “la generalización del conflicto coincidió con una sequía que empujó a las poblaciones rurales hacia las ciudades”, y  en el norte de Mali la menor productividad de las tierras tuvo negativo impacto en la calidad de vida de la población y la inestabilidad política.

Todo esto, entonces,  no puede ser casualidad, por lo que es hora de preguntarse, como muchos ya lo están haciendo, qué pasa con la naturaleza  y el clima; por qué la  mayor recurrencia y agresividad de estos fenómenos; y que tenemos que hacer para revertir esta tendencia.

¡NO A LOS NEGACIONISTAS!

En los últimos tiempos, el BM ha destinado unos 10 mil millones de dólares anuales a contener el cambio climático. Sin embargo, esto es insuficiente, sobre todo si algunos países como Estados Unidos y otros se niegan a cambiar sus políticas e  insisten en desconocer el origen del problema.

Efectivamente, contra toda lógica y contra rigurosos estudios científicos, el presidente estadounidense Donald Trump y sus asesores se han parapetado tras la absurda  idea de que el calentamiento global siempre ha existido y que lo que pasa ahora es parte de ese fenómeno recurrente, con lo cual libera a las industrias contaminantes de cualquier responsabilidad.

Del otro lado, no obstante, la mayor parte de científicos de todo el mundo concurren en que el calentamiento global –y todas sus consecuencias gravísimas— es causado y agudizado por los gases tóxicos que emiten las industrias. La lógica es que la tierra se está calentando, lo que hace que los océanos se calienten y los huracanes sean más frecuentes y fuertes.  Científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos confirman esta tendencia, lo que tiene gran impacto en el clima, la agricultura, la industria, el transporte, el turismo, etc.

CAMBIO URGENTE EN LAS ALTURAS DE LAS CUMBRES

Urge entonces un cambio en las altas cumbres de la política mundial, sobre todo de Estados Unidos y China, los mayores contaminantes.

En los últimos años fuimos anfitriones en Lima de la  Cumbre Mundial del  Medio Ambiente y antes ha habido otras como  la de Kyoto que ponen el tema en la agenda mundial y reclaman reducir emisiones contaminantes en sus conclusiones, pero que al final, lamentablemente se cumplen solo a medias o quedan en el papel. Es más, de manera populista e irresponsable, el presidente Trump se retiró del Acuerdo de París, lo que, por tratarse de la primera potencia mundial,  resta fuerza  a dicho tratado que preveía una serie de acuerdos que obligan a los gobiernos a actuar y regular… ¡antes de que sea demasiado tarde!

Las responsabilidades tienen que ser asumidas a todo nivel. Por ejemplo, los empresarios y los ciudadanos debemos igualmente involucrarnos en esta cruzada, que arriesga nuestra supervivencia. Como lo decíamos previamente en esta columna (05/06/2015) “cada cual desde su posición… Así como el Gobierno debe mejorar –sin caer en los extremos—las regulaciones ambientales, los empresarios tienen que incluir, como ya lo hacen muchos, el tema ambiental en su manera de hacer negocios y promover la innovación y la investigación”.

En diciembre  próximo el BM organizará una conferencia sobre el cambio climático, orientada a “convencer a los Estados de que es posible transformar sus economías en beneficio de las energías”; y de que hay que implicar al sector privado en  “contribuir a la financiación de necesidades considerables, sobre todo en los países menos desarrollados”. Ambiciosos y urgentes objetivos que, hoy más que nunca cuando arrasan los huracanes,  exigen que los políticos se pongan a la altura de las circunstancias, antes de que el mundo se siga degradando y más personas sigan sufriendo tan consecuencias tan terribles. 

IR A COMENTARIOS

Comentarios