Esta tarde arde Acho con la participación de una terna en la que dos de ellos se medirán a cara de perro, los toreros peruanos Joaquín Galdós y Andrés Roca Rey. Este último tiene en casa dos Escapularios de Oro del Señor de los Milagros pero Galdós viene con ganas de pelea y de conquista. Cuatro son las claves de la tarde, rivalidad, estilos, ánimo y venganza.
Rivalidad. Desde que empezaron a torear y a compartir tardes, son eternos rivales: “Andrés es un torero que me ha motivado mucho siempre, indudablemente que por ser de la misma tierra y también por sus condiciones como torero lo he considerado un rival directo y hoy la gente va a tener la oportunidad de vernos torear y rivalizar”.
Estilo. Tienen estilos diferentes, uno más clásico y el otro de más arrojo, cada cual con sus partidarios y con sus argumentos, pero Galdós tiene mucha confianza en lo que puede ofrecer: “Ahora mismo es difícil competir con él, porque cuando uno está como él, en su momento álgido, la gente está a su favor, pero yo tengo mucha fe en mí como torero, este año estoy encontrando mi toreo en más toros y en más tardes, y creo que si cuajo un toro en Lima voy a gustar por encima de los otros”.
Ánimo. Galdós llega a la plaza de Acho esta tarde con el ánimo a tope, con ilusión de salir a hombros y consagrarse en su plaza, en años anteriores sus motivaciones eran otras, hoy nos confiesa que “ahora sí necesito el triunfo, estoy consciente de ello, la gente me lo está pidiendo, necesitan sacar a sus ídolos a hombros y verlos triunfar y cortar orejas, ese es el fin, pero mis medios son tratar de torear y esta vez con el compromiso que he tenido todo el año, de hacer mi toreo mejor cada tarde y cada toro, y esta tarde lo haré con más ímpetu y con más ganas porque estoy en mi tierra y quiero conquistar mi plaza”.
Venganza. Galdós es consciente que Roca Rey quiere vengarse de aquella tarde del mano a mano de novilleros en que salió triunfador:, “yo creo que la espinita la tiene que tener clavada porque fue profunda, fue profunda (enfatiza), pero no lo tiene fácil, sé que mi presencia le incomoda y es normal cuando tienes alguien al lado pisándote los talones, somos dos toreros peruanos que buscan el triunfo importante su plaza”.
Abre el cartel el maestro valenciano Enrique Ponce, quien ostenta la vitola de “Torero de Lima” porque es aquí un consentido y Galdós lo sabe, “ese sí que me quita el sueño, más que el otro, he toreado con él una vez, yo corté tres orejas y el cortó cuatro, Ponce tiene la ilusión de acabar con los dos peruanos, de eso estoy convencido, quiere defender su reinado en este que no es su feudo, y lo ha hecho tantas veces como se ha llevado el Escapulario de Oro del Señor de los Milagros, y qué te voy a decir, es un torero para el que no existen palabras”.
A Joaquín Galdós no le preocupa que el aficionado lo mida por las estadísticas que él no ha acumulado como su rival, sino en que tiene sólo una tarde y quiere mostrarse en su verdadera dimensión, “en el toreo como en todo hay que tener paciencia, como la tengo para verme anunciado en más plazas, y sé que cuando todas las miradas se centran en una persona (es decir, en Roca Rey), sé que se le puede dar la vuelta en un instante, porque el toreo es así”.
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