Este fin de año mi bola de cristal se ha nublado por completo, no se puede ver absolutamente nada y la mesa que la sostiene se ha puesto a temblar Pero un momento…ahora mismo creo ver pasar una bandada de gaviotas en medio de la densa bruma, han ido formando figuras, cada una ha adoptado la forma de una letra, sobre el fondo plomizo me parece que puedo leer e s p e r a n z a “¡Predicción más imprecisa no la hay! - exclamo en alta voz - ¡Mi país está sumido en la más álgida confusión, esta vez in extremis! ¿Acaso pretendéis apaciguarme con vuestro mensaje papal pequeñas ilusionistas?” Pero ya se fueron volando las agoreras gaviotas hacia el interior de mi bola de cristal gritando ¡ya llega Francisco!
Bueno, cambiando de tema e intentando recuperar algo positivo del año 2017: el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú sacó en agosto un librillo sui generis en inglés sobre las últimas novedades que ofrece nuestro país, tanto en productos comerciales, como en investigación o ciertas curiosas invenciones. Se titula “THE LITTLE BOOK of Science, Technology and Innovation in Peru - Millennial Culture Bicentennial Country”. En verano yo escribí varias columnas sobre este gran acontecimiento que tuvo lugar en Atenas, en donde se dieron cita un grupo de países de cultura milenaria. La estupenda iniciativa por parte de Grecia obtuvo como resultado la consolidación de un organismo interactivo a fin de salvaguardar las tradiciones aún vivas y sitios arqueológicos más antiguos del mundo, promoviendo a la vez sus valores culturales a nivel mundial. Entre otros muchos proyectos está el de estimular la atracción turística hacia cada cual. A modo de introducción esta miniatura de libro nos recuerda algunas de las invenciones pre-hispánicas con las que se vio beneficiado el Perú antiguo, desde las que conciernen a la agricultura - como es el caso de los “camellones”, la chaquitaclla, andenes, sistemas de irrigación y canales - hasta los puentes colgantes de soguilla, los chasquis o los quipus.
Lo que pretendo hacer resaltar aquí es la capacidad inventiva de los peruanos, desde épocas remotas hasta nuestros días. Entrando en el siglo XXI tenemos por orden de aparición nuestra selva: el “Pristimantis iiap”, un sapo amazónico recién descubierto capaz de colaborar con la ciencia en cuanto al impacto negativo del cambio medioambiental, superando cualquier instrumento de análisis de laboratorio. El Marañón y el Ucayali han sido inundados con miles de larvas de peces, la operación lleva el nombre de “Next Generation Sequencing”, tecnología aplicada a la categorización molecular del gen mitocondrial COI. Abejas loretanas super productoras de miel y sin aguijón promoviendo apicultura casera. Tres billones de toneladas de carbón natural acumulado en las zonas forestales donde la precipitación pluvial es permanente, así como en lagunas, contribuyen significativamente a mitigar el cambio climático, una reducción equivalente a 60 años de emisiones antropogénicas de CO2 por parte del Perú. Novedosa aplicación en el móvil para revitalizar el aprendizaje y uso de las lenguas nativas. Catálogo digital en internet de las plantas endémicas amazónicas. Red telemática de sensores y cámaras ultra sensibles, capaces de captar imágenes más precisas de la vida animal de esta zona.
En otras regiones: el uso de microorganismos a guisa de bío-controladores de los patógenos que afectan la producción agrícola es prueba de alternativa económica a los pesticidas químicos, pero sobretodo no tiene impacto en el entorno medioambiental ni va en detrimento de los consumidores, la bacteria Pseudomonas ha sido probada con éxito en cultivos como el arroz y la quinua. Científicos peruanos han desarrollado un sistema de análisis a través de cámaras móviles para una mejor detección del hongo que infectó en el 2013 el 60% de los campos de cultivo de café a nivel nacional.
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