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Frida Kahlo: mucha vida, poca obra

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  • 07/02/2016 - 7:26PM
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Afueras de la Casa Museo Frida Kahlo

Desde la ciudad de México, tenemos un especial sobre la singular artista Frida Kahlo. Habíamos pensado mucho sobre qué y quién escribir, pero ya está. Disfruta el recorrido.  

Escrito por Katherine Bless desde el DF, México

Recuerdo la primera vez que vi un cuadro de Frida Kahlo: tenía doce años y estaba en mi clase de inglés cuando el teacher (profesor) empezó a hablarnos sobre las revoluciones más importantes del planeta. En el libro que usábamos como material, Frida Kahlo aparecía como una persona de mucha influencia en la revolución mexicana.

Llevo una semana en México y no puedo negar que la ciudad me ha recibido bien. El nacionalismo, el orgullo por las acciones de los antepasados y los personajes históricos se siente en todas partes por los mexicanos y los que se dejan contagiar por ese espíritu. Por eso fue imposible no recordar la historia de Frida: nacida el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, al sur de Ciudad de México, fue la tercera de cuatro hijas. En su niñez sufrió de poliomielitis, lo que afectó su pierna derecha. A los dieciséis años ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria de Coyoacán, y poco después sufrió un accidente de tránsito que le traería graves secuelas durante toda su vida. Durante su recuperación empezó a pintar. Tres años más tarde, le presentó a Diego Rivera sus primeros trabajos y este la animó a continuar pintando. Se casaron en agosto de 1929. Es considerada un emblema artístoco de la revolución mexicana. Sin embargo, si recordamos la historia mexicana, la Revolución estalla en 1910 (y venía gestándose desde mucho antes), que Frida señala como su año de ‘nacimiento’ quizá con la intención de mezclar su propia biografia con la historia de su país y, por tanto, proponerse implictamente como la encarnación de una nueva época.En conclusión, ni ella ni su marido influyeron en la Revolución Mexicana, sino que esta influyó en su pensamiento y su obra.

Sin olvidar toda esta información, llegué a la Casa Azul, donde Kahlo y Rivera vivieron desde 1929 hasta la muerte de ella en 1954. En la entrada al museo hay una fila muy larga. El precio de la entrada esde 40 pesos para los estudiantes y 120 para el público en general (9 y 24 soles respectivamente). Por fuera, la casa es azul con acabados color ladrillo. Dentro, hay extensos jardines y jaulas para aves de corral.

Después de dar una vuelta por los exteriores, ingreso a la sala de exposición. "Me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor conozco", leo esta frase de la pintora en una de las paredes antes de observar una buena cantidad de pinturas. Las personas que visitan el lugar, observan con detenimiento las fotos de Frida y Diego buscando respuestas a por qué se fijó en él. Algunos dicen que ambos eran pintores y que a partir de esa coincidencia se estableció una relación muy apasionada. Por eso la mayoría de sus pinturas estaban inspiradas en su amado Diego. Deseaba, como él, que su pintura fuera la evidencia del acervo mexicano, para lo cual recurría a temas de folklore y arte popular de su país. Después introdujo elemntos del inconsciente, uniendo objetos incongruentes, tal como los surrealistas.

Paso a la segunda sala (Las pasiones de Frida), donde encuentro dibujos y pinturas de sus primeros años en el mundo artístico. La mayoría son retratos, autorretratos y fotografías tomadas a ella, ya que de muy pequeña fue ayudante de su padre, Guillermo Kahlo, con quien aprendió a posar frente a una cámara y cómo observar tras ella.

Además, en sus cuadros se exponen aspectos dolorosos de su vida, en gran parte postrada en una cama. Muchos dirán: es la desintegración de su cuerpo y el terrible sufrimiento que padeció, y esto se muestra en obras como “La columna rota”; la incapacidad de convertirse en madre a causa de su accidente de tránsito, plasmado en “Hospital Henry Ford”, donde se aprecia a un bebé y varios objetos, como un hueso pélvico y una máquina, esparcidos en una cama de hospital donde yace mientras sufre un aborto. Pero no todos los amores entre artistas son ideales. Frida y Diego fueron infieles durante toda su relación, por lo que en 1939 se divorciaron (aunque volvieron a casarse en 1940, año en que ejecuta su obra “Las dos Fridas”. En esa época organizó y participó en tres exposiciones en Nueva York en 1938 y en París en 1939 gracias a sus contactos con el poeta surrealista francés André Breton. En abril de 1953 expuso por primera vez en la galería de Arte Contemporáneo de Ciudad de México. Finalmente murió el 13 de julio de 1954. El día de su entierro, el féretro fue cubierto con la bandera del Partido Comunista. La casa que habitó durante su vida conyugal Rivera fue donada por éste a la nación y transformada en el Museo que lleva el nombre de Frida Kahlo.

Pero hay cosas que aclarar: después de la Revolución Mexicana, tal como ocurrió después con la Revolución Rusa, se motivó el carácter social de las obras, no solo por los temas que retrataban al mexicano común y su entorno sino también en la decisisón de abandonar los espacios cerrados y elitistas oara trasladar las obras a espacios públicos donde pudieran ser admirados por el pueblo. Los murales sí fueron una expresión del pensamiento socialista de la época. Pero el caso de Frida es diferente, ya que su obra está centrada en su propia persona y los conflictos personales que tuvo a lo largo de su vida, no con los procesos de trasnformación social. Tal como señala la crítica de arte Avelina Lésper: “El mundo del arte y los medios abrazaron a Frida porque, además, su obra posee la virtud de la ubicuidad, su temática es más fuerte que su factura y logra lo imposible: conjuga en su iconografía los ideales más conservadores, el activismo feminista y el ultra nacionalismo. Sus pinturas tienen como único tema su cuerpo, son como carteles de Provida o de cualquier ONG anti aborto que reducen el valor de la mujer a ser una fábrica de hijos y al mismo tiempo se enfrasca en el eterno y exaltadísimo panfletarismo del cuerpo y la vagina que es bandera feminista… ¿Es suficiente ostentar la victimización personal para que la obra tenga valor? El arte tiene otras exigencias, no es una telenovela ni una excusa para exhibirse, es algo más que la obra de Kahlo no tiene. Los autorretratos, trágicos o folk, apenas integran la tercera parte de su obra y son la estrella de su fama, el resto, menos de 100 pinturas, sólo tienen interés porque permiten apreciar su verdadera capacidad y sus limitaciones. Vidas interesantes o trágicas hay muchas. Vidas con una gran obra, hay pocas” (La ONDA digital Nº 681).

Quizá por todo esto, cuando terminé el recorrido no sentí mayor inspiración para escribir sobre el Museo. Tal vez porque soy peruana, y por tanto estoy acostumbrada al floklore como parte de la vida cotidiana, quedé un tanto decepcionada.

Frida, como muchos otros artistas, es mucho más una construcción icónica que una artista valiosa por su obra. Yo no podría decir que sus pinturas son malas, el interior de su casa es incluso un espacio acogedor. Pero eso no significa que que su historia tenga alguna característica que le permita ser vendida como ‘revolucionaria’. Podría suponerse que se colgó de la fama de su esposo. Pero quién sabe. Mientras tanto, los visitantes siguen haciendo cola en la puerta del museo.

Obras seleccionadas:

Autorretrato con traje de terciopelo — 1926

Retrato de Miguel N. Lira — 1927

Retrato de Cristina — mi hermana — 1928

El tiempo vuela (autorretrato),1929

Frida y Diego Rivera — 1931

Henry Ford Hospital — 1932

Autorretrato en la frontera entre México y los Estados Unidos — 1932

Mi nacimiento — 1932

Allá cuelga mi vestido — 1933

Autorretrato con collar — 1933

Mis abuelos, mis padres y yo — 1936

El corazón — 1937

Autorretrato con mono — 1938

Lo que vi en el agua — 1938

El suicidio de Dorothy Hale — 1938/39

Dos desnudos en un bosque — 1939

Las dos Fridas — 1939

Autorretrato con pelo cortado — 1940

Diego en mi pensamiento — 1943

Pensando en la muerte — 1943

La columna rota — 1944

Retrato de Doña Rosita Morillo — 1944

Moisés o Núcleo solar — 1945

Árbol de la esperanza mantente firme — 1946

El venado herido — 1946

Autorretrato con el pelo suelto — 1947

El abrazo de amor de El universo

Diego y yo — 1949

Sandías — 1954

El marxismo dará la salud a los enfermos — 1954

Fotografía: Katherine Bless /

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