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Presencia latina en Atenas IV

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Foto: nosolocomidad.com

En otro contexto completamente ajeno a la literatura - pero en el cual también ha participado activamente la Embajada del Perú - ha brotado otro botón de rosa en pleno invierno ateniense. Sin duda alguna, junto a su lengua, la gastronomía, el folklore y la artesanía representan la expresión más inmediata de un pueblo, la esencia cultural de éste es transmitida a través de las usanzas culinarias tal como a través de la tradición oral heredamos mitos y leyendas. He aquí que a fines del siglo pasado el Perú conoció el surgimiento de una novedosa corriente gastronómica, una joven rama de pronto empezó a brotar del tronco original. De manera muy similar a lo que ocurrió en Paris con la “Nouvelle cuisine”, Lima fue la primera en degustar las iniciativas de algunos atrevidos chefs que ofrecían una nueva opción para el riguroso paladar de los peruanos. Esta obsesión nacional por experimentar fusiones ya la conocíamos desde hace mucho tiempo, con extraordinarios resultados como el chifa y la nikkei, pero además Lima añadió su sello personal de modernidad y mucha sutileza, gracias a lo cual hoy en día está reconocida internacionalmente como una de las plazas gastronómicas más atractivas del mundo. Pues bien, en el lapso de apenas dos años ya se han instalado 4 restaurantes de comida peruana en Atenas, lamento decir que ni los dueños ni los cocineros son peruanos, pero lo que interesa es que nuestra culinaria se ha puesto a la Avant garde de la moda, se expande a nivel de gran refinamiento y a paso acelerado.

Aquí no observamos el fenómeno de los burritos y tacos mejicanos que invaden las calles europeas, no se trata de quioscos en serie vendiendo chicharrón, sino de los más lujosos restaurantes que se puedan imaginar, ofreciendo una carta con los más delicados manjares para los paladares más exigentes. Los actuales armadores de barcos griegos cuando vienen a su tierra natal de vacaciones desde Londres donde suelen residir, se complacen en descubrir nuevos paraísos culinarios como éste que acaba de ser inaugurado en el tradicional barrio de la Plaka y que ostenta el exótico nombre de “la Pantera Negra”, ¡un éxito abrumador! Su dueño: el reconocido chef Dimitris Katrivesis, cuyo inicio fue muy humilde, como cocinero en una pequeña taberna griega en las islas Canarias y poco a poco se convirtió en el pionero de la cocina moderna de su país. Tiene un largo curriculum en distintas ciudades europeas, en restaurantes bien calificados, intentando fusionar la comida griega con la gastronomía japonesa. Esa fue su obsesión, hasta que llega a Tokio donde reside un tiempo y luego vuelve a Londres para continuar con su investigación sobre cocina nikkei alrededor del mundo. En este momento es dueño de varios restaurantes en Atenas, super elegantes, y todos ellos especializados en comida nikkei peruana.

Dimitri Katrivesis acaba de editar un libro***** sobre el tema, con espléndidas fotos, se llama “Peruvian street food, the real deal”, el cual fue presentado por la Encargada de Negocios de nuestra Embajada aquí con motivo de la inauguración del mencionado restaurante, esta sede diplomática se esfuerza particularmente en fomentar el uso de nuestros productos nacionales en Grecia. Me permito traducir del inglés uno de sus artículos titulado “Dentro de la mente del chef”, empieza así: “Un don muy poderoso es el poder de crear y la libertad de hacerlo, pues sin libertad nada es posible. Debemos cocinar desde el corazón. Cocinar es una de las más amplias expresiones de libertad existente”.

En la Pantera Negra encontramos la típica chicha morada o el pisco sour normal, pero luego hay ciertos cockteils misteriosos como “tierra latina” (ron, pisco, vainilla, pistachos, melocotón asado, tomillo y demás hierbas) “coconut tiger’s milk”, “tentsuyu masato”(este masato es un macerado mitad amazónico mitad nikkei), “pisco mule” (pisco Negroni con mango frappé), “la niña loca” (piña colada con pisco, chocolate blanco y hojas de albahaca, y aunque parece un trago realmente demencial dicen que está buenísimo). En cuanto a la carta de manjares no es menos extravagante, tenemos platos tradicionales como anticuchos, ceviche y tiraditos, pero de pronto la imaginación de Dimitri nos conduce hacia parajes gastronómicos ignotos donde descubrimos sabores sin precedentes, superan toda expectativa, fíjense nada más cómo son los cócteles para tener una idea. Todos los insumos básicos que utiliza son peruanos, ¡Chapeau, un chef y un lugar sorprendentes! 

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