Es verdad que las circunstancias no son las mejores, ahora que el país intenta despertar del duro azote de la naturaleza, que con lluvias y huaicos, golpeó fuertemente el norte y otras zonas. Sin embargo, al tiempo que insistimos en mejorar los sistemas de apoyo gubernamental y animar los movimientos de solidaridad con los damnificados, que han sido muchos --además de hacer votos porque la reconstrucción se inicie pronto y bien, con diligencia y transparencia--, tenemos que considerar que la vida sigue.
En el entretanto, hay noticias positivas. Lo primero es que, según el Senamhi, las lluvias y huaicos están amainando y pasó la etapa de emergencia crítica, por lo que hay que poner los medios para remediar los daños y salir adelante, con resiliencia y optimismo, tratando de ver el lado bueno de las cosas y las posibilidades de crecimiento y empleo que nos plantea la reconstrucción.
Luego, también es un alivio que, en líneas generales, las previsiones de crecimiento de la economía se hayan corregido positivamente, pues en un momento se tornaron muy pesimistas.
Asimismo, es otra muy buena noticia que un peruano, como Virgilio Martínez, haya sido elegido como el mejor cocinero del mundo por los propios chefs, y que tres restaurantes peruanos figuren entre los 50 mejores de la lista San Peregrino del planeta. En recientes declaraciones al New York Time, yo cualmente sostenia la lucides de Virgilio para aprovechar la riqueza de nuestra biodiversidad y nuestra gran diversidad cultural investigando profundamente ambas bendiciones de nuestra gastronomía peruana.
Por ultimo tendremos también mucho cuidado de no volver a cometer algunos errores del pasado.
¿A dónde nos lleva esto? ¿Cuál es, desde nuestro punto de vista, el hilo conductor de estos acontecimientos? Pues, pensamos que un buen rubro para relanzar nuestra afectada economía es la gastronomía y el turismo, tanto interno como receptivo. Y Semana Santa, que ofrece unos días de descanso y reflexión, es también una oportunidad para conocer más nuestro país, viajar y, desde una perspectiva mayor, pensar en cómo relanzar el turismo interno.
Es la marcha blanca que permitirá corregir posibles errores antes que los mismos sean titulares en el extranjero.
MÁS PUNCHE AL PLAN DE TURISMO DE PPK
Debemos recordar que, durante la campaña, y al inicio del actual Gobierno fue ratificado por el propio presidente, el partido Peruanos por el Kambio (PPK) presentó un plan de turismo orientado a potenciar esta actividad y hacerla competitiva, segura y sostenible, de modo que beneficie a las mayorías a través de la generación de empleo. Y, en cuanto al turismo receptivo, incluso se planteó duplicar el número de turistas que llegan del exterior, de 3,5 millones a 7 millones en el 2021, lo que es una meta ambiciosa que debe estar subsumida en una estrategia integral.
Este plan tiene cinco puntales que es importante analizar e ir poniendo en práctica: 1) diversificar la oferta turística con por lo menos 100 productos especializados altamente competitivos en cultura, naturaleza, y aventura y negocios, y una estrategia inclusiva de Turismo Rural Comunitario; 2) mejorar la gestión de Machu Picchu, bajo conceptos de preservación y sostenibilidad; 3) promover los destinos nacionales a través de TICs y medios convencionales, así como en ferias, festivales y medios de comunicación, poniendo énfasis en nichos y segmentos y apoyando certámenes internacionales. Hago un paréntesis para recordar la urgente necesidad de un campo ferial para que Mistura pueda dejar de ser una feria trashumante; 4) incentivar la inversión privada, a través de la reducción y simplificación de trámites burocráticos en los tres niveles del Estado; y, finalmente, 5) impulsar el turismo interno.
Esto último es trascendental y lo más factible a corto plazo, por lo que debe merecer la prioritaria atención del Gobierno y del sector privado, para poder lograr la meta de incrementarlo en 10% anual.
FOMENTAR FERIAS, “PUENTES” Y TURISMO JUVENIL
Según el plan de turismo de PPK, debe crearse un programa de asesoramiento para regiones y municipalidades, retomar las ferias de turismo interno a nivel nacional con enfoque innovador, fomentar el turismo juvenil y la cultura artística, y fijar un calendario anual de “feriados-puente” (fines de semana largos) para fomentar aun más el movimiento turístico interno.
A ello habría que agregar la mejora de carreteras, aeropuertos y terminales terrestres, así como dar más seguridad a los turistas.
En cuanto a la gastronomía, pues el Perú, como se ha reconocido en la Feria Internacional de Turismo (FITUR 2017) es ya un referente mundial de primer orden en la gastronomía; somos “El Mejor destino culinario del Mundo” en los World Travel Awards y Lima es calificada como la Capital Gastronómica de América.
Y es indudable que en las últimas décadas la gastronomía se ha vinculado no solo al levantamiento del orgullo y la autoestima nacional, sino también a la inclusión social, la descentralización y la creación de empleo. Así lo demuestran los miles de pequeños negocios de comida que actúan como engranajes de una cadena virtuosa que incluye la pequeña agricultura familiar (con más de 2 millones de personas), la pesca artesanal, los mercados mayoristas y los institutos de formación en cocina.
Como lo señalamos en reciente editorial (02/02/2017), “es de imaginar el efecto multiplicador que sobre este universo tendría el potenciamiento del tándem gastronomía-turismo, por lo que cualquier plan reactivador del Gobierno tiene que tener en cuenta este gran filón, una nueva y promisoria realidad”.
TURISMO ES TRABAJO, CULTURA Y SOLIDARIDAD
Seguimos a la espera del de una política de Estado turístico-gastronómica que el presidente Pedro Pablo Kuczynski se comprometió a elaborar y aplicar, y que no puede descuidar los temas fundamentales de transporte, logística, seguridad e infraestructura, afectado por los recientes temporales, pero que ofrecen una oportunidad de reconstrucción nacional y de relanzamiento del turismo y la gastronomía. Decía un gran educador alemán, como Kurt Hahn, “en el impedimento está la oportunidad”.
Y creemos que hay conciencia y ánimo para ello: en Catacaos, distrito turístico de Piura, famoso por sur artesanías y comida típica, que cada año recibe miles de turistas en Semana Santa, los pobladores, la mayoría damnificados severamente por las inundaciones, han anunciado que de todas maneras harán los Siete Potajes de Semana Santa y los entregarán a los más afectados.
Este gesto de solidaridad, indudablemente pretende preservar la tradición (http://www.ytuqueplanes.com/festividades/5_semana-santa-de-catacaos) y seguramente atraerá más turistas de lo que se pensaba en una circunstancia como esta. ¡Turismo es vida, cultura, trabajo, solidaridad y gastronomía!
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