Así es, insectos como: escarabajos, orugas, abejas, avispas, hormigas, saltamontes, langostas, grillos y hasta chinches. Esta infografía te lo explica mejor:
Como viste, se estima que 2 mil millones de personas en el mundo ya consumen insectos.
Ingerirlos no es sólo cuestión de valentía o excentricismo. Actualmente la incidencia de alergias alimentarias, especialmente a los componentes del huevo y la leche, y las campañas por la preservación del medioambiente a través de la disminución del consumo de carne han provocado la búsqueda masiva de proteínas en otras fuentes.
Puede resultar sorpresivo, sin embargo, tenemos un claro ejemplo que viene desde la selva de nuestro Perú y que hoy por hoy es muy difundido: el consumo de un gusano (aunque lo correcto sería llamarlo coleoptero) conocido como SURI.
Y aunque se vea un ‘poquito’ desagradable, este escurridizo gusano coleoptero tiene un alto valor nutricional:
- Es rico en grasas y energía: el contenido de grasa de un kg de larvas provenientes es de 30,23%.
- Su valor energético es elevado: 310,11 Kcal/l 00 g de peso seco.
- Un solo suri contiene 1,15 g de proteína. O sea, un niño de meses y hasta 1 año de edad necesitaría comer 11 suris diarios para suplir sus necesidades proteicas.
- Además, es rico en vitamina A y E.
- Se sabe que una cantidad de 1.00 g de suri asegura el 100% de las necesidades diarias de estas vitaminas para una persona adulta.
¿Por qué debería interesarnos este tema?
Porque la tendencia de consumir insectos se estaría convirtiendo en una realidad no muy lejana para todos. Un ejemplo.
Insectos como parte de los suplementos vitamínicos
Ante la gran demanda de suplementos vitamínicos en los gimnasios por ejemplo, se estaría pensando en la posibilidad de incluir la harina de insectos en estos polvos. Se está pensando camuflar los insectos en productos de consumo masivo como la gelatina, helados, salchichas, porque el impedimento que encuentran por ahora las industrias, de lo contrario tal vez los insectos ya reinarían en nuestra mesa, es el rechazo inicial a la textura, al aspecto, al sabor de los insectos.
Esta información es el pretexto para analizar y preguntarnos qué estamos comiendo cada día y si realmente esos alimentos son los que necesita nuestro cuerpo. Se habla de las alergias alimentarias producidas por el consumo de huevo y leche. Se habla de la preservación del medioambiente, tanto consumo de carne está dañando el planeta, existe la posibilidad de disminuir ese daño empezando a comer menos carne con la opción de consumir insectos.
Aprovechemos esta información para analizar el valor nutricional de nuestra comida, es decir, averiguar que tan nutritivo es lo que estamos comiendo en el desayuno, en el almuerzo y en la cena, tal vez estamos dañando nuestro cuerpo y al mismo tiempo el planeta. En ese momento pensar en consumir insectos podría resultar no muy extraño o lejano.
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